¡Eco! cuando arrivo a casa...
Para una persona como yo, que se pasa el día de un sitio al otro, haciendo mil cosas y que es puro nervio, necesito mi momento para mí; el momento del día en que se para el tiempo, y sólo estoy yo. Sin él creo yo que hace tiempo que me habría dado un infarto o una úlcera gástrica, sí, a mi edad.
Así que cuando me levanto cada mañana en un estado semicomatoso, sin apenas noción del tiempo ni sensibilidad en ninguna parte de mi cuerpo; me dirijo a la cocina por inercia y pregunto a mi madre si "ya lo tiene" o si "ha sobrado un poco", cual yonkie que pide la mierda a su camello (llamar camello a mi madre, si un día lee esto me mata). Si por contra obtengo una negativa como respuesta, le obligo a que prepare un poquito. Entonces es cuando me meto un buen café en el cuerpo y vuelvo a ser persona.
Me tomo mi tiempo para saborear el único maldito momento del día libre de tensiones. Me siento delante del ordenador, abro el correo y todos los blogs que leo y me dedico a leer a cada sorbito de café. Ese es el momento del día en que te sientes en paz y armonía con todo el cosmos, una experiencia religiosa. Y por mi se puede estar quemando el piso entero o que haya estallado la Tercera Guerra Mundial en el pueblo de al lado, que a mí no me quitan mi momento relax-café. Y claro, luego llego a clase colocadísimo de cafeína y no hay quien me pare.
Así que cuando me levanto cada mañana en un estado semicomatoso, sin apenas noción del tiempo ni sensibilidad en ninguna parte de mi cuerpo; me dirijo a la cocina por inercia y pregunto a mi madre si "ya lo tiene" o si "ha sobrado un poco", cual yonkie que pide la mierda a su camello (llamar camello a mi madre, si un día lee esto me mata). Si por contra obtengo una negativa como respuesta, le obligo a que prepare un poquito. Entonces es cuando me meto un buen café en el cuerpo y vuelvo a ser persona.
Me tomo mi tiempo para saborear el único maldito momento del día libre de tensiones. Me siento delante del ordenador, abro el correo y todos los blogs que leo y me dedico a leer a cada sorbito de café. Ese es el momento del día en que te sientes en paz y armonía con todo el cosmos, una experiencia religiosa. Y por mi se puede estar quemando el piso entero o que haya estallado la Tercera Guerra Mundial en el pueblo de al lado, que a mí no me quitan mi momento relax-café. Y claro, luego llego a clase colocadísimo de cafeína y no hay quien me pare.
Suerte que dentro de poco se acaba el dichoso curso y no tendré stress ni esas cosas. Aunque mi vida sentimental sea una auténtica montaña rusa.
Etiquetas: café, descanso, montaña rusa, relax, stress
4 Comments:
No sabía que tú eras también un dronjadicto del café (L) Yo es que es tan solo olerlo y me entran ganas de tomar ._.
Pues yo debo ser raro, porque fíjate que el café me da sueño. Así me va xD
Pero niño, con la edad que tienes no puedes hacer vida de una persona de 40!!. Qué es eso de levantarse, tomarse un café, abrir el correo...???.
NO NO NO!. Vas por el mal camino!!
que te calles coño
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